Estamos asistiendo al nacimiento
de un tiempo nuevo, un tiempo de cambio apasionante, no tanto en las
circunstancias vitales de cada cual sino en la toma de conciencia de que algo
hay que hacer. Hemos vivido en una rutina de dejarse llevar por que no nos va
tan mal, hasta conseguir que quienes nunca descansan consiguieran, sin
demasiado esfuerzo, despertarnos por qué esto no es lo que era y menos lo que
debía ser. Llegados a este punto y ya indignados por el acelerón aplicado a
nuestros menguados derechos y además, con una actuación de impunidad derivada
de mayorías electorales que lo ha justificado todo pero todo, todo, nos hemos
encontrado ante el espejo y ahora se nos exige, pensar en confiar en alguien,
con las reglas de juego que ya cuestionamos y nada menos que para salvarnos de
ellos mismos, de las opciones a elegir.
Mala decisión por qué si alguien
nos tiene que rescatar, devolvernos la dignidad de ser ciudadanos con las
obligaciones y derechos que el contrato social debe reflejar en una sociedad
moderna y democrática y después que elijas a quien elijas, te tienes que
defender de su actuación, elijas a quien elijas, supone que estas condenado a
alejarte de la noble acción política y a participar. Y esto es lo que se pretende
por las organizaciones políticas, que la participación ciudadana en política
sea reducida a un mero ejercicio de depositar una papeleta, a poder ser la de
cada cual, como quien arroja un papel en una papelera y se olvida. Ya deciden
ellos por ti que son los que saben.
En esta lucha, quizás PODEMOS
traía el mensaje más fresco e ilusionante, venía a decir a la ciudadanía,
rescataros vosotros que nadie va a mirar por vosotros mejor que vosotros mismos
y eso se hace participando, con nosotros claro. Si esto se adereza con
denuncias claras de la corrupción evidente que campa por España a sus anchas
como normalidad con justificaciones y alevosías varias, si quienes lo dicen no
han ejercido de políticos profesionales y marcan distancias con los que lo son,
si el análisis y la situación es desesperante para muchos ciudadanos acosados
por sus representantes, perdón dirigentes pues la ecuación cuadra y les sale a
favor.
El sistema establecido de
preponderancia económica se asusta y comienza la defensa de sus privilegios a
toda costa, con ataques tan chabacanos como difamantes y en algunos casos, de
cómicos nacionales que aunque de refilón
van mermando la fuerza del ciclón anunciado.
Visto que el resultado no es tan
brillante, se decide crear otra ilusión espejo, una alternativa de cambio sin
cambio de fondo aunque si de formas y se lanza Ciudadanos, un líder único, una
aceptación del sistema pero con lavado y vitola de honestidad publicada, por
qué hay que ver sus candidaturas más allá de su líder y se le pone a jugar para
mermar otras opciones no como cambio real de nada.
Y así y todo, algo más hay que
hacer que PODEMOS aguantar, y se llama a los rescatadores. El PP cree que el
rescatador mejor es Rajoy, y sus barones se ponen a temblar, ninguno por gusto
quiere que vaya a su campaña, les resta votos. Se ha personalizado en el líder
la escabechina social de España de tal forma que hay barones del PP que parecen
jovencitos entusiastas del 15 M que nutrió PODEMOS , por lo que dicen, han
elevado a la categoría de verdad y medidas irrenunciables las mentiras y lo
contrario a lo que defendían antes de ayer. En el PP están temblando de pensar
que Cospedal y Floriano son los escuderos de Rajoy y parece que va a ser
difícil encontrar fechas apropiadas para sus apoyos de campaña, más que nada,
excusa para que no se muevan de Madrid. Y aparece el rescatador auxiliar, Aznar
el ínclito, ese líder mundial que primero fue paloma en minoría con
nacionalistas y después gavilán internacional con Bush y Blair con aquel
estamos trabajando en ello y en ello sigue.
Qué decir del PSOE, necesitados
de meterle un chute de chispa a Pedro Sánchez, si, si, el que pasaba por allí y se quedó de secretario
general hasta que Doña Susana quisiera, se traen a Felipe González de sus
consejos de administración y asesorías varias, de esas de, sin monedero, que ya
las cobro en cheque que es mejor. Y sale a los ruedos como la efigie de una
España cambiante , tanto que no la conoce ni la madre que la parió, como decía
su lacayo más “fiel” y reescribiendo la historia, nadie recuerda la OTAN, las
privatizaciones y reconversiones, la corrupción con sentencia incluida, FILESA
en el recuerdo, los fondos reservados y Roldán, no el de la leyenda de
Roncesvalles sino el ejemplar del PSOE que es tan legendaria como el otro,
aquellas dudas de señor X y no del cine porno precisamente y aquella cárcel
para Vera y Barrionuevo, casi una repetición de lo que sucede ahora y
sintomático del régimen del 78 que dicen los chicos de la coleta.
Así que España se enfrenta a los
fantasmas de su pasado, González y Aznar, tratando de recordar quizás alguno de
sus buenos momentos de poder con la boca pequeña por que aquellos momentos
fueron capitaneados por ellos pero ejecutados por personajes que acabaron mal,
el caso de Rato o Barrionuevo o… etc. etc. Y vuelven por qué creen que la
memoria de los españoles no existe y solo recordaran quienes fueron un día y no
recordaran quienes fueron durante muchos años. A vestir desde la antigüedad y
lo trasnochado a esta España que no acaba de entrar en la modernidad.
Veremos qué hay de cierto, por
qué si lo que ellos suponen es cierto, España está condenada a ver desgracias,
desempleo, desahucios, corruptelas avaladas, litigios caciquiles y en
definitiva, más de lo mismo.
Ha calado entre la gente que solo
hay dos opciones reales, este más de lo mismo, ósea vote usted a cualquiera o quédese
en casa o vote a PODEMOS y viva la aventura de intentar poner morbo en su vida,
algo de acción y revolución, eso sí, pacífica.
Rápidamente que acudan a salvar España,
Felipe y José Mari… los rescatadores.